Artesanos colombianos hacen parte de la plataforma especializada en decoración más importante de EE.UU.

“Nuestros espacios personales merecen diseños con alma, historia y propósito”. Esta es la filosofía de The Cityzenry, una reconocida plataforma online de decoración de lujo ubicada en Dallas (U.S.A).

Con esta idea en mente llegó Anita Akella, gerente de producto de la empresa, a recorrer la feria Expoartesanías en 2018. Acompañada por el equipo de ventas de Artesanías de Colombia visitó los pabellones, conoció artesanos y sus productos. Hoy, luego de 14 meses y viajes a diferentes regiones, Colombia hace parte de esa lista de 13 países que conforman el catálogo artesanal de su página, recomendada por la famosa revista británica Monocle, especializada en estilo de vida, y catalogada en 2019 por la revista ELLE Decor U.S.A como una de las mejores tiendas online para comprar muebles.

Después de su primera visita se eligieron 23 oficios colombianos que podrían funcionar. Luego de varias pruebas y prototipos enviados, seis piezas fueron las elegidas: tapetes de Curití (Santander), elaborados por el taller de Gabriel Rivero; cojines y mantas hechas en Bogotá por el artesano Crisanto Caicedo. Además, Juan Murcia, de Cogua (Cundinamarca), desarrolló una manta en lana con la misma técnica utilizada en la elaboración de la ruanas. Del Cauca fueron elegidos los canastos cuatro tetas de Ferney Mejia con su comunidad Eperara Siapidara (Guapi). También las paneras tejidas por Clementina Valencia y otras mujeres de la etnia Guangüi (Angostura). Por último, forma parte de ese listado el canasto Maku, el cual es fabricado por artesanas de la etnia Tapurucuara que vive en Vaupés.

“Que un grupo de nuestros artesanos forme parte de un catálogo de una empresa online destacada como The Cityzenry, refleja cómo este sector es clave para el dinamismo económico de las regiones. Este Gobierno ha volcado sus esfuerzos a impulsar a los empresarios de la Economía Naranja para que se conviertan en protagonistas del crecimiento del país”, resaltó el Ministro de Comercio, Industria y Turismo, José Manuel Restrepo, quien aseguró que en 2020 se seguirá fortaleciendo el apoyo a los artesanos y a las comunidades de las diferentes regiones, por medio del reforzamiento de sus capacidades y, también, de un acompañamiento permanente.

Se trata de una oportunidad comercial que beneficia directamente a estos artesanos y a sus comunidades. La primera inversión en el sector artesanal colombiano fue de un poco más de 200 millones de pesos, y se espera replicar esa cifra cuatro veces durante los próximos dos años, tiempo para el cual está contemplado el proyecto.

The Cityzenry le apuesta a crear relaciones sostenibles y perdurables con los artesanos para tener un verdadero impacto social. Apoyan el pago del precio justo, los ambientes de trabajo felices y las inversiones en los emprendedores locales. Además, invierten el 10% de sus ganancias directamente a las comunidades artesanas, publicó el periódico Financial Times de Londres, en 2015.

“Colombia es reconocida por sus fibras naturales y su historia rica en tejidos. En esta colección estoy muy emocionada de presentar algunos de los canastos y tapetes más exquisitos e intricadamente tejidos que jamás hayamos vendido. Saber que esta colección apoya a 178 artesanos de varios lugares del país es la cereza del pastel. El apoyo y la alianza de Artesanías de Colombia fue fundamental para hacer realidad esta rica y hermosa colección”, afirmó Carly Nance, cofundadora de la empresa.

A Colombia vinieron tres veces. Se reunieron con los artesanos y viajaron a los territorios. Para el equipo de The Cityzenry es vital hablar con ellos pues su objetivo es tener una compañía que celebre a las personas detrás de los productos.

Por su parte Ana María Fries gerente general de Artesanías de Colombia, dijo que “Celebramos la alianza con Cityzenry. Gracias a esta plataforma se visibiliza el exquisito trabajo artesanal que se realiza en el país. Se beneficiaron 178 familias con un efecto multiplicador para las comunidades. Esto se traduce en ingresos que elevan la calidad de vida y el desarrollo económico, social de las regiones, y la preservación de la cultura y los oficios”.