Cuéntanos de
Ben Goldscheider, Tom Poster y Savitri Grier: un diálogo emocionante
Majestuoso y elegante, como la propia presencia del corno francés, fue el inicio del concierto digital del intérprete británico Ben Goldscheider en compañía del pianista Tom Poster. Con un repertorio propio del Romanticismo, integrado por obras de Beethoven, Schumann y Brahms, los artistas ofrecieron un recorrido por sonoridades galantes, pastorales, dulces y pasionales en esta presentación en el marco de la Temporada Digital del Banco de la República.
Goldscheider es uno de esos artistas que cautiva desde el primer instante. El programa inició con la Sonata para corno en fa mayor de Ludwig van Beethoven, escrita para Giovanni Punto, uno de los cornistas más virtuosos de la época, con el fin de hacer uso de sus destrezas técnicas y musicales. En esta obra, Goldscheider nos introdujo a varias de sus cualidades como cornista: su sonido envolvente, sus dinámicas fantásticas y la capacidad de crear una curva musical prolija y elegante en cada frase melódica. El contraste de color y personalidad que caracterizan al corno francés estuvo presente en los tres movimientos. Uno de los instantes más bellos de esta primera obra, fue el inicio del Poco adagio, quasi andante: un pianissimo del corno que cautivó por el color del sonido y la mezcla con el piano en una afinación perfecta. Por su parte, el pianista Tom Poster se destacó en su acompañamiento por los ornamentos pulidos sobre las melodías, la intención y flexibilidad de sus frases, así como por las dinámicas y cambios de color, características que hilaron las tres obras del programa.
En la primera parte del Adagio y allegro en la bemol mayor de Robert Schumann, ambos intérpretes supieron cautivar con frases largas y cantables, contrastantes en carácter y sonoridad. La comunión del uno con el otro evidenció su trabajo y experiencia camerística y es de resaltar el magnífico dominio del registro entero del corno por parte de Goldscheider, en especial del grave.
Lo cierto es que, más allá de las indiscutibles habilidades musicales de los intérpretes, su diálogo armonioso logró emocionar, imaginar y soñar con la música. Esta sensación permaneció y se hizo más intensa en la última obra del programa: el Trío para corno en mi bemol de Johannes Brahms, para corno, violín y piano. Esta pieza, quizá la más íntima, solemne y contrastante de todas, fue un momento emocionante y profundo en el que los intérpretes, actuando en esta obra con la violinista Savitri Grier, se apropiaron de las melodías de Brahms y las cargaron de significado y movimiento. Con una mezcla fantástica entre los instrumentos, lograron una sonoridad inolvidable y una interpretación sentida, compartida y cómplice, que nos recuerda que todo resultado perfecto depende de la unión entre las partes.Grier cautivó con su sonido maravilloso e intenso, Poster aportó movimiento, flexibilidad y expresión, mientras que Goldscheider jugó con las posibilidades tímbricas de su instrumento para fundirse en el color del violín, luego en el del piano, y luego resaltar por sí solo sobre ambos.
El juego de roles que implica la música de cámara se ejemplifica a la perfección con la interpretación de la obra de Brahms, y demuestra que, la conciencia y la forma que encontremos para dialogar, complementar y aportarle al otro son la base fundamental de la música y de la vida. Felicidades a los tres artistas.
Programa
L. v. Beethoven: Sonata para corno en fa mayor, Op. 17.
R. Schumann: Adagio y allegro en la bemol mayor, Op. 70.
J. Brahms: Trío para corno en mi bemol mayor, Op. 40.