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Así opinan

Dictadura Normativa

Por Orlando José Henríquez Celedón

Por ser casos cercanos, admiro a mis compañeras de trabajo que desempeñan el papel de madres, esposas y amas de casa al mismo tiempo, a lo que se suman sus responsabilidades laborales. Es más, algunas al llegar a la oficina ya dejaron listo el desayuno para toda la familia, prepararon a sus hijos para ir al colegio, arreglaron su casa y hasta le dieron los encargos del día a su esposo; en verdad son brillantes, inteligentes, diligentes, capaces, hermosas e incansables apasionadas con todo lo que tienen a cargo. Difícilmente los hombres seríamos capaces de tanto, lo cual no nos exonera de ayudarles, y más bien nos obliga a trabajar en equipo, atendiendo con ellas labores como los quehaceres del hogar, el cuidado y la atención de los hijos, y toda actividad que facilite la vida de las reinas de la casa.

Es por ello que, por ejemplo, la protección de la mujer en estado de embarazo, la de los ancianos y los niños, encuentran su razón de ser en sus condiciones especiales que se justifican por su situación frente a la sociedad, tales como la edad, su fragilidad o su indefensión. Considerando la naturaleza de las situaciones antes descritas, ¿por qué excederse en prerrogativas y trato preferencial a una persona en razón a su “orientación sexual”?, ¿no basta el hecho de que sean seres humanos que merecen ser tratados con dignidad, respeto, sin dar lugar a discriminación?, ¿no basta con hacer efectivos estos derechos sin apelar a una sobresaturación normativa que tiene implícito un sesgo ideológico que se vale del discurso de la victimización, la opresión, el odio, y cifras basadas en datos especulativos y mentirosos con el fin de que sean funcionales a intereses políticas?. La comunidad LGBTI ha sido receptora de innecesarias acciones afirmativas, preferencias que superan con creces a las otorgadas a mujeres embarazada, ancianos y niños, pero que a la larga les perjudica porque esa sobreprotección los muestra como unos indefensos que dependen de un Estado paternalista para que regule conductas que son propias del ámbito privado de cada persona.

Las pasadas marchas del 6 de noviembre del año 2018 etiquetadas como #NiCartillasNiDecretos, fueron catalogadas de discriminatorias, llenas de odio y fanáticas. En la actualidad, ser políticamente correcto es privarse de discrepar, objetar, cuestionar o invitar a debatir, obligando a guardar un silencio ante la imposición de políticas públicas totalitarias que restringen no solo libertades y derechos, sino que facilitan que se estigmatice de “homofóbico”, retrógrada y cavernario a aquel que se oponga a aceptar como normales conductas que son respetables, pero que no deberían ser objeto de promoción por parte del Estado. Nunca en la historia de la humanidad, ni siquiera la ideología nazi o los regímenes comunistas más severos, se había logrado imponer una ideología con pretensiones de destruir al ser humano en sus bases ontológicas para crear una nueva civilización de seres en blanco capaces de redefinirse y reinventarse al capricho de cada individuo. ¿Consecuencias?, ahí van algunas; el deterioro de la patria potestad de padres que no pueden oponerse a que sus hijos menores de edad cambien de sexo en su documento identidad, la carga fiscal por cuenta de hormonizaciones y operaciones para mutilar genitales con dineros de nuestros impuestos, o la imposición a patronos de aceptar que sus empleados vistan uniformes que no coinciden con el sexo que les dio la naturaleza.

Los decretos 410 y 762 de 2018 son una muestra clara de una imposición disfrazada de igualdad y no discriminación, desconociendo, por ejemplo, la lógica aristotélica que afirma que la no discriminación consiste en “el trato igualitario entre iguales”. Tómese el tiempo y lea los decretos, pues el pasado gobierno y las altas cortes están legislando en lugar del Congreso, desnaturalizando los check and balance que está presente en nuestro sistema presidencialista; en esas normas encontrará que las entidades nacionales y territoriales DEBEN hacer cumplir con la “defensa y observancia” del hiper-proteccionismo LGTBI, en donde se promoverá su atención especial, se capacitará a los servidores públicos, y se hará seguimiento y evaluación a la implementación de esta política. Esto es solo la punta del iceberg pues el contenido de los decretos tiene altas dosis de propaganda, autoritarismo, desconocimiento de la biología y, obviamente, un sesgo ideológico manifiesto. Tenga en cuenta que a raíz de estas normas ya existen baños mixtos en universidades y establecimientos públicos, por lo que no se sorprenda que allí, semidesnudos, coincidan una niña de 10 años con un adulto totalmente desconocido para ella.

Pero ya que el eje central de las normas es la igualdad y la no discriminación, tomemos un ejemplo que habla de realidades; no otorgarle a homosexuales el derecho a contraer matrimonio por ejemplo, no encarna per se discriminación alguna, pues no puede haber discriminación injusta cuando el elemento fundante y la condición de posibilidad para que exista un matrimonio no se cumple; ¿sería discriminatorio no otorgarle licencia de conducir a un ciego?; en la permisividad de sustitución pensional entre parejas del mismo sexo, ¿no es discriminatorio con personas que viven juntas con un proyecto de vida en común, dos hermanas, dos familiares por ejemplo, que por el hecho de no tener relaciones sexuales, en el caso de fallecer una, no pueda el sobreviviente recibir su pensión?. Somos iguales ante la ley, pero no mediante la ley. La igualdad jurídica no puede ni debe suplantar la desigualdad biológica.

La ONU reconoce 112 sexos, no dos. Los sexos masculino y femenino están ampliamente superados según esta tendencia, y hay que hablar de hasta 112 géneros distintos. El artífice del hallazgo se llama Vitit Muntarbhorn y es el nuevo Defensor Global LGBT de Naciones Unidas. Las diferencias estructurales, anatómicas y fisiológicas que se caracterizan por el dimorfismo sexual son constatables, y considerando que algunos afirman que el sexo es producto del “discurso heteronormativo”, ¿cómo se explicaría desde una postura lingüística las diferencias sexuales en organismos carentes de lenguaje? El sexo es una categoría biológica determinado por cromosomas, genitales, hormonas y gónadas, y no está determinado por lo que la persona siente, por fantasías, en una postura que pretende evitar el modelo binario de la sexualidad.

Desde el colegio recuerdo escenas de lo que hoy llaman “bullying”; niños y adolescentes molestando al gordo, al flaco, al pobre, al bajito, y sin embargo nunca escuché de suicidios. Estamos en medio de una generación hipersensible, criando niños frágiles, sobre protegidos, quienes una vez salgan de su burbuja se enfrentarán a un mundo duro, injusto y cruel. Es hora de superar la auto compasión y la auto conmiseración, reconocer que la vida es difícil, pero hay que enfrentarla, luchar por ella, rescatar los valores con que fue fundado occidente, combatiendo con inteligencia, perseverancia y diligencia el posmodernismo con envoltura hedonista y nihilista, para forjar familias fuertes que no permitan que el Estado adoctrine a las futuras generaciones, mucho menos que se inmiscuya en la educación en casa que corresponde a los padres. Si a una mujer no le atraen los hombres morenos, eso no la hace racista; si un hombre decide comportarse y vestirse como mujer, y alguien no ve más que un hombre disfrazado de mujer, eso no quiere decir que lo discrimina. Disentir no es odiar.

3 comentarios

  1. De acuerdo con tu reflexión y añado del temor que sentimos para dar una opinión al respecto ya que hoy en día los que estamos fuera de lugar somos los que en otrora teníamos razón.

¿Y tú, qué opinas? Comenta

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