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Gastronomía

El paseo de olla, se niega a desaparecer

Paseando una olla llena de carnes, verduras varias y bastimento Reinaldo Salazar, junto a su familia, buscan un espacio a orillas del río Guatapurí para preparar un sancocho y disfrutar el penúltimo día de sus vacaciones. El hombre reside en la capital del Tolima y escogió la tierra del Valle de Upar como destino de visita y por ello organizó un paseo en balneario Hurtado, uno de los atractivos de la capital del Cesar

“Desde siempre había querido volver a Valledupar. La primera vez que vine fue hace 10 años, por cuestiones de trabajo, pero solo vi el río de lejos y le prometí a mi familia traerlos a conocer y aquí estoy”, contaba el hombre, maestro de una institución educativa en Ibagué, mientras encontraba un espacio donde realizar el almuerzo familiar.

Aunque el lugar disponible para preparar el sancocho está distante de las orillas del Guatapurí, el profesor Reinaldo entiende que son medidas que se debe respetar para preservar la naturaleza.

Las medidas a las que se refiere son las contempladas en el Código Nacional de Policía y Convivencia Ciudadana  en su artículo 30, sobre – Comportamientos que  afectan la seguridad e integridad de las personas en materia de artículos pirotécnicos y sustancias peligrosas – que establece multa a las personas que de forma no autorizada prendan o manipulen fuego en el espacio público.

Es así que las fogatas callejeras para cocinar el tradicional paseo de olla a orillas de un afluente o el sancocho comunal está prohibido. A pesar de ello, decenas de personas visitantes al balneario Hurtado, tanto turistas como residentes en Valledupar, aún conservan su tradición familiar de preparar almuerzo en el Guatapurí.

“La policía nos dijo que lo podíamos hacer pero del otro lado del puente, en una zona que no es arborizada, pero con el compromiso de recoger la basura y no dejar fogata prendida”, dijo Ana Argote, samaria que decidió visitar a su hermana en la capital mundial del vallenato y por eso organizaron el paseo de integración.

Para Abraham Hormaza, líder de los vendedores ambulantes y uno de los guardianes del río Guatapurí, la medida establecida en el Código Nacional de Policía acaba con una milenaria tradición no solo de los vallenatos sino de todos los colombianos.

Más de 40 años vendiendo almuerzos

Muchos visitantes del Guatapurí llegan con el almuerzo listo,  saben que es prohibido preparar alimentos en el balneario, por lo que lo traen desde sus casas y compran sopa a varias de las tradicionales cocineras organizadas en los restaurantes ubicados cerca al antiguo parque del Helado, futuro parque La Provincia.

En ese espacio se encuentra Sandra Arrieta Robles, quien desde hace 40 años se encarga de preparar almuerzos en el balneario Hurtado. El sancocho de gallina, costilla y hueso carnudo son los más solicitados. El innovador trifásico, compuesto por tres carnes es una de las especialidades de la casa. Además de sancochos, también preparan chivo asado, gallina en salsa, carnes asadas, arroz de cerdo y de asadura.

Además de deleitarse en las frías aguas del Guatapurí, centenares de turistas disfrutan de un sancocho o un almuerzo criollo, bien sea preparado a orillas del río o comprado en uno de los tradicionales restaurantes.

Escrito por Liliana Vanegas Romero

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