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Mercedes Pardo: ARTE ABSTRACTO

Escrito por Cristina Diaz

El hecho de ser mujer en el arte es un gran riesgo, pero para un hombre no es menos riesgo. Entregarse enteramente a la ocupación de la pintura […] es en sí mismo una tarea para los titanes.

Mercedes Pardo

Empezamos esta semana recordando el enorme trabajo de Mercedes Pardo. A propósito del centenario del nacimiento (1921-2005). Les recomiendo visitar esta página con toda su obra Mercedes Pardo – OTERO PARDO FOUNDATION

Hija de Rafael Pardo Becerra e Inés Mercedes Ponte Machado, Mercedes Pardo fue una de las representantes más importantes del arte abstracto en Venezuela. Su trabajo giró principalmente en torno a la pintura, pero también se extendió a vidrieras, esmalte sobre metal y gráficos.

Caballos de San Marco (Serie inesauribileVenezia), 1982. Collage sobre cartulina | Cortesía Archivo fotográfico Fundación Otero Pardo

Mercedes Pardo Ponte es valorada en los círculos artísticos como una de las figuras más representativas del arte abstracto venezolano, especialmente en el período comprendido entre 1950 y 1960. Vivió durante varios años entre Santiago de Chile y París, Francia, desde joven se interesó en manejar diferentes técnicas como la pintura, la acuarela e incluso el collage. Asimismo, creó piezas de integración arquitectónica, escenografías y vestuario teatrales.

Enseñó y fundó varios talleres de creatividad. Durante su infancia, la profesora danesa Ingeborg Fostberg le enseñó pintura y, a los trece años, comenzó a tomar cursos en la Academia de Bellas Artes, que continuó en 1941 y completó en 1944. En 1945 se casó con Marco Bontá, un profesor de vidrio y pintura mural de Chile, divorciándose de él poco después. Viajó a Chile para asistir a la Academia de Bellas Artes de Santiago (1947), donde realizó su primera exposición individual.

En 1949, recibió una beca del Gobierno (Ministerio de Educación) y luego se mudó a París para inscribirse en la École du Louvre, donde estudió historia del arte con Cohe de la Ferti y Jean Cassou. Durante este período, comenzó a producir collages y sus primeros trabajos abstractos. En 1951 se casa con Alejandro Otero en Londres.

En 1952 regresa a Venezuela y participa en la Exposición Internacional de Arte Abstracto (Galería Cuatro Muros, Caracas). El abstraccionismo comenzó a ser reconocido en Venezuela durante la década de 1950, y un clima de renovación tanto para la producción artística como para la educación fue apoyado por la implementación de un proyecto de integración artística en la Universidad de Caracas y por el regreso de una generación de artistas educados en Francia. Alrededor de 1956, Pardo comenzó a producir piezas que podrían clasificarse como preinformalistas dado el uso de una rica capa pictórica, aunque su trabajo tendía a una exploración formal de los efectos de color. En 1956 comienza a realizar escenografías con Interval de Elizabeth Schön en el Teatro Nacional de Caracas. En 1960 se traslada a París, donde pinta acuarelas abstractas caracterizadas por sus pinceladas líricas, goteos y manchas que crean un espacio artístico de gran dinamismo.

Mercedes Pardo, Beyond Color. Sicardi | Ayers | Bacino, 2018

En 1962 se convierte en socia fundadora de la Escuela Cooperativa San Antonio de Los Altos en el Estado de Miranda, hoy conocida como Escuela Comunitaria e inicia sus talleres de artesanía, donde también imparte clases. Trabajando en la integración de la arquitectura, realizó una serie de piezas, entre ellas una vidriera en la estación La Hoyada del metro de Caracas (1983), un mural de mosaico en el Hospital Infantil JM de los Ríos (Caracas) y el techo de La Centro Comercial Viña en Valencia (Estado Carabobo). En 1991, realizó su exposición antológica más importante, Abodes of Color en la National Art Gallery. Durante sus últimos años, trabajó y vivió en San Antonio de Los Altos (Estado de Miranda).

Para terminar este articulo dos frases de MERCEDES PARDO, donde creo que encontramos su obra.

  • El camino del artista está hecho no de búsquedas sino de encuentros.
  • Yo no escogí la luz, la luz me escogió a mí.

Alejandro Otero y Mercedes Pardo (CORTESÍA FACEBOOK/FUNDACIÓN OTERO PARDO)

“Sus colores poseen el extraño poder de situarnos en un ámbito indescifrable, en donde lo intenso y lo luminoso se unifican dentro de infinito alumbramiento de ellos mismos”. Elizabeth Schön

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