Alberto Giacometti una serpiente naranja en el museo del prado

“El legendario estatus de Giacometti como escultor, pintor y dibujante está enraizado en su profundo y constante compromiso con la figura humana como objeto de estudio y símbolo de la condición humana. Man Walking, una de las esculturas más reconocidas universalmente de nuestro tiempo, nos recuerda la precaria existencia de la humanidad “, dice Daina Augaitis, directora interina de la Galería de Arte de Vancouver.

Escrito por: Cristina Jazz Jazz

Estas semanas están llenas de arte, y en especial para nuestra columna ARTE CONTEMPORANEO, porque las galerías de todo el planeta saben que recibirán miles de turistas en julio y agosto, y es tiempo de trasmitir toda la historia del arte y mantenerla en comunicación con las propuestas contemporáneas. El Museo del Prado  (Madrid . España), en el marco de la celebración del Bicentenario, con la colaboración de la Comunidad de Madrid y la Fondation Beyeler y el apoyo de la Embajada de Suiza y el Grupo Mirabaud, presenta “Giacometti en el Museo del Prado”, uno de los artistas más influyentes del siglo XX, quien concebía el arte como un único y simultáneo lugar de confluencia del tiempo pasado y presente.

Es interesante esta propuesta porque, aunque personalmente nunca viajó a España, asistió en 1939 a la exposición Chefs-d’œuvre du Musée du Prado celebrada en Ginebra, donde habían sido trasladadas gran parte de sus colecciones durante la Guerra Civil Española, en aquellos momentos Giacometti estaba en su época surrealista y se encontraba muy admirado por el trabajo de Breton, Picasso y Sartre.  En esa exposición se encontraban representados varios de los pintores predilectos de Giacometti como Durero, Rafael, Tintoretto, El Greco, Goya o Velázquez.

Carmen Giménez, su curadora, concibe la exposición como un paseo póstumo, donde las esculturas del artista, transitan por las galerías principales del Prado. Las 20 obras expuestas -18 esculturas y dos óleos- proceden de colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales. El recorrido empieza en la sala de Las meninas de Velázquez, continúa frente a Carlos V en la batalla de Mühlberg de Tiziano, en proximidad al Lavatorio de Tintoretto, discurre junto a la obra del Greco y contrasta con los cuerpos colosales representados por Zurbarán en su serie de Hércules.

SOBRE GIACOMETTI: Alberto Giacometti (pronunciación italiana: [alˈbɛrto dʒakoˈmetti]; del 10 de octubre de 1901 al 11 de enero de 1966) fue un escultor, pintor, dibujante y grabador suizo. A partir de 1922, vivió y trabajó principalmente en París, pero visitó regularmente su ciudad natal, Borgonovo, para ver a su familia y trabajar en su arte.

Giacometti fue uno de los escultores más importantes del siglo XX. Su obra estuvo particularmente influenciada por estilos artísticos como el cubismo y el surrealismo. Las preguntas filosóficas sobre la condición humana, así como los debates existenciales y fenomenológicos desempeñaron un papel importante en su trabajo. Alrededor de 1935 renunció a sus influencias surrealistas para perseguir un análisis más profundo de las composiciones figurativas. Giacometti escribió textos para publicaciones periódicas y catálogos de exposiciones y registró sus pensamientos y recuerdos en cuadernos y diarios. Su naturaleza autocrítica lo llevó a grandes dudas sobre su trabajo y su capacidad para hacer justicia a sus propias ideas artísticas, pero actuó como una gran fuerza motivadora.

Entre 1938 y 1944, las esculturas de Giacometti tenían una altura máxima de siete centímetros (2,75 pulgadas). Su pequeño tamaño reflejaba la distancia real entre la posición del artista y su modelo. En este contexto, él mismo declaró críticamente: “Pero queriendo crear de memoria lo que había visto, para mi terror las esculturas se hicieron cada vez más pequeñas”. Después de la guerra, Giacometti creó sus esculturas más famosas: sus estatuillas extremadamente altas y delgadas. Estas esculturas estaban sujetas a su experiencia de visualización individual: entre un espacio imaginario pero real, tangible pero inaccesible.

En toda la obra de Giacometti, su pintura constituye solo una pequeña parte. Después de 1957, sin embargo, sus pinturas figurativas estaban tan presentes como sus esculturas. Sus pinturas casi monocromáticas de su obra tardía no se refieren a ningún otro estilo artístico de la modernidad.

Un abrazo a todos los lectores de Valledupar, mil gracias por los comentarios.