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Cirirí Del Jirafo

Arriba Guacocheros

Escrito por Alberto Muñoz

Édgar Gonzalón, ecuatoriano nacido en Ibarra de Imbabura, a quien se le conoce mejor como el negrito de la salsa o el viejo Édgar, compuso y grabó con su banda, el tema “el negrito de la salsa”, una, de sus cien canciones, que goza de preferencia entre los amantes  de la música. Es una bomba, género musical folclórico característico de la costa negra, “Goza con fiebre latina, y el negrito de la salsa, que te pone calientico, con su son y su guaracha; ay jai apretaito, ay jay con el negrito de la salsa, bien sabrosito, con el negrito de la salsa”. Por cierto, allá en Ibarra contamos con “embajador” Vallenato, nuestro querido Alvaro Agustín Calderón Calderón, docente prestigioso, investigador, escritor, coleccionista de música, amigo, hermano, vástago del queridísimo Marcelo Calderón, y autor, entre otras obras, de “El Danzón de Pedro”.

Esa buena canción, con tumbao’ y bembé como diría Edgardo Mendoza Guerra, que saca a la pista al gran Paco Monsalvo, encuentrese donde se halle, tiene el sabor de la negritud, que en música equivale al sonido mayor. Si vamos a la juglaria, remitiéndonos a los cardonales, salta el pregón Vallenato de Lorenzo Morales: “no conozco el pique que me tiene Emilianito, y yo siempre le he dicho que no se meta conmigo, me anda criticando que soy negro yumeca, pero él no se fija que es blanco descolorido”.

Allende las fronteras, se encuentran evidencias de la cerámica africana en el continente con más de 8000 años de antigüedad. Tal es el caso del yacimiento de Hasi uenzga Rabat, Marruecos, en el Rif oriental, donde fueron hallados los considerados como  restos de cerámica más antiguos conocidos del Magreb. Dicho descubrimiento, desarrollado por un grupo de arqueólogos del Instituto Nacional Marroquí de Ciencias Arqueológicas y del Patrimonio (ISDAP). “La cerámica común y el trabajo de la tierra es tradicionalmente asumido por las mujeres, aunque el concepto de ‘mujer’, puede variar en las culturas africanas, así, una mujer con la menopausia, puede asumir en su obra otros conceptos que los meros utilitarios, pasando a elaborar objetos figurativos, en esta etapa se consideran como el paso de mujer al de los ‘hombres’. Los ‘hombres’ suelen realizar la cerámica ceremonial y figurativa, recientemente con la entrada y el uso del café, en muchos pueblos esta tarea ha sido asumida por los ‘hombres’”.

La fuente primaria de material arcilloso surge de las charcas, cenagales y curso de agua. Esa arcilla natural es corregida con la incorporación de materiales dsgrasantes de origen mineral o vegetal. Es pasta de base, heterogénea, nada más permite producir piezas con paredes gruesas. La técnica usada es la de los colombines o del modelado en una forma convexa (cesta que deja frecuentemente sobre las jarras la impresión de su textura trenzada).

En Guacoche, emporio musical de Morales, de Chente Munive, de cantores y cantoras, las guacamayas pasaban de largo rumbo a chirivitales menos bullicios en procura de que su algarabía andante penetrara el silencio de los montes. Ahí cerquita, al pie de la corúa los relinchos del potrillo juntaban el fogón de la nostalgia para reencauchar el necesarísimo vínculo del olvido con el ratico reciente mientras la guacocherita baila el pilon con la tinaja contoneándose sobre cabeza.

En los días de la violencia generalizada funcionarios de la inolvidable Lotería La Vallenata, partieron a Guacoche para jugar un partido de fútbol cuyo señuelo afectivo era el apetitoso guiso de chivo ofrecido por Ivan Rodriguez, el compañero vigilante, y su prole. Poco antes de llegar, el encuentro con el grupo armado pasó de requisa rutinaria a momento critico, con nerviosismo, miedo y necesidad apremiante de lomotil. Beto Uribe, fue el interlocutor designado, pero poco a poco iba silenciándose mientras Jaiber Negrete, prevalido de las enseñanzas gestuales de mi padrino Crispin Villazón de Armas, palió el momento hasta el arribo silencioso a la población. Se supo después, que varios jugadores acosados por el culillo sofocante ‘hicieron vaca’ y le pasaron una platica al arbitro, en razón de lo cual el compromiso completo acabó a los veinticinco minutos. El apetito desapareció, regresaron en un dos por tres, “hasta las próximas elecciones”.

Guacoche todo el tiempo estuvo de moda. Sus mujeres celebran, con gracia y liderazgo, el día del padre, con actos rutilantes, auténticos y sobresalientes. Lo propio hacen sus hombres, al celebrar el día de las madres. Se afirma que es allí, en ese bello pueblo donde se hacen, el mejor guiso de gallina, pasteles de ensueño y el indomable sancocho “de lo que sea”.

Siempre es una fiesta volver. Pero, ahora es un compromiso para felicitarlos, y darle al gran Miro -Algemiro Quiroz Churio- guacochero nato, hombre bueno, dinámico y capacitado para desarrollar una gestión histórica como jefe de asuntos étnicos, del Municipio de Valledupar, cargo que acaba de asumir para bien general, el abrazo fraterno, gigante y esperanzador. ¡Me imagino el guiso! 

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