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Serpiente Naranja

Centro de Fotografía en la Subasta de Beneficios de Woodstock

Escrito Por Cristina Jazz Jazz y Ada López Bayona

Esta semana Serpiente Naranja quiere mostrarles un evento que puede servirnos de guía de lo que puede ser historia, arte y cultura. Vámonos juntos y comentemos el catalogo y la recordación de estos artistas. 

El Catalogo con los artistas

Esta semana les contamos un evento interesante del Centro de Fotografía, Affirmation Arts en 523 West 37th Street en Manhattan será el lugar elegante para la Subasta de Beneficios y Premios CPW 2019, que tendrá lugar de 6 a 8:30 p.m. el jueves 3 de octubre. Pero incluso si no puede llegar a la Ciudad esa noche, aún puede participar en la parte de la Subasta Silenciosa haciendo una oferta en línea en www.paddle8.com o mediante la aplicación descargable Paddle8. Para ver todas las fotografías de obras de arte coleccionables para subastar este año, visiten el catálogo completo en https://bit.ly/2kTwOiD.

Encontrarás obras de nombres legendarios como Berenice Abbott, Alfred Eisenstaedt, Vivian Maier y Weegee, además de docenas de otros profesionales destacados del arte, temprano, moderno y contemporáneo.

Hagamos un resumen de la vida de estos grandes fotógrafos.

1.- Berenice Abbott:

(17 de julio de 1898, Springfield, Ohio – 9 de diciembre de 1991, Monson, Maine) fue una fotógrafa estadounidense de género documental, parte del movimiento de fotografía directa. ​Es conocida por sus retratos de intelectuales, artistas y mecenas, con gran presencia de mujeres, en el París de los años 20 y fotografías de personalidades de la cultura y de arquitectura y vida urbana de la ciudad de Nueva York en la década de 1930

Retrato de Janet Flanner, c. 1925

En 1925, Berenice Abbott instaló su propio estudio de fotografía; hacía retratos de artistas, escritores y coleccionistas, tanto franceses como expatriados. Hizo su primera exhibición personal en una galería de París en 1926, la cual lanzó su carrera. Al conocer la obra de Eugène Atget, quedó fascinada por lo que llamaba su “realismo sin adorno”. Lo retrató en 1927, poco antes de que falleciera. El gobierno francés adquirió gran parte del archivo de Atget (en 1920 él había vendido 2621 negativos, y su amigo André Calmettes vendió 2000 más luego de su muerte), pero Abbott pudo comprar otra parte en 1928. A partir de allí, comenzó a trabajar en la promoción de su obra. Uno de los resultados de ese esfuerzo fue el libro de 1930 Atget, fotógrafo de París, del cual fue editora de fotografía. Le siguieron, más adelante, los libros Visión de París (1963) y El mundo de Atget (1964). Estas publicaciones, además de los ensayos que escribió, ayudaron a que el fotógrafo francés adquiriera reconocimiento internacional.

Influenciada por Atget, en 1929 Berenice quiso emular la escala de su trabajo pero en la ciudad de Nueva York.​  Instalada de vuelta en esa ciudad, durante los años 1930 fotografió sus barrios, cultura urbana diaria y arquitectura en vías de transformación, antes de que fueran desapareciendo debajo de nuevas construcciones y de la remodelación que estaba ocurriendo en la ciudad. Abbott trabajó en forma independiente por seis años, sin poder encontrar apoyo económico de parte de ninguna organización. Se mantenía dando clases de fotografía en la Nueva Escuela, donde trabajó entre 1934 y 1958. Luego propuso ese trabajo en el Proyecto Artístico Federal (Federal Art Project o FAP, en inglés), un programa del gobierno en tiempos de la Gran Depresión destinado a artistas y trabajadores desempleados que se desempeñaran en las áreas de publicidad, diseño gráfico, ilustración, fotografía y edición.4​ Así, se convirtió en supervisora del proyecto y pudo contar con la colaboración de asistentes para continuar con el trabajo monumental que había emprendido, el cual anteriormente varias organizaciones habían rechazado para financiar. El resultado fue el libro Changing New York en 1939, una recopilación de sus fotografías. Mientras duró el proyecto, se hicieron exhibiciones de las fotografías de Abbott en Nueva York y otras ciudades, y cuando finalizó, el FAP distribuyó paquetes con 302 imágenes seleccionadas a escuelas, bibliotecas y otras instituciones públicas.4

Existe una faceta inventora de Berenice Abbott, ya que desarrolló un proceso de iluminación especial que llamó “fotografía con imágenes proyectadas” e inventó y patentó equipamiento fotográfico.6​ Gracias a esos avances, pudo colaborar en un proyecto de fotografías científicas entre 1958 y 1960 a pedido del MIT, con el objetivo de hacer un libro escolar para mejorar la enseñanza de física en las escuelas. En 2012 parte de ese trabajo se expuso en el museo del MIT en Massachusetts. Otro proyecto de documentación que realizó fue fotografiar la ruta nacional 1, junto con los pueblos chicos y la cultura del automóvil que se desarrollaba alrededor.

En 1935 Berenice se trasladó a un loft en el Greenwich Village con la crítica de arte Elizabeth McCausland, su compañera sentimental, con quien vivió hasta la muerte de McCausland, en 1965.​ Ella fue un gran apoyo en su carrera: escribió artículos en diversas publicaciones sobre la obra de Berenice e incluso pensó el título para su libro de 1939. En 1968, Berenice vendió el archivo Atget al Museo de Arte Moderno de Nueva York, y se mudó en forma permanente a una casa en Maine, EE.UU., donde residió hasta su muerte, en 1991. Su último libro de fotografías fue A Portrait of Maine (1968).

2.-Alfred Eisenstaedt:

Alfred Eisenstaedt nació en Dirschau, en Prusia, el 6 de diciembre de 1898. Fue fotógrafo de la revista «Life», y es considerado el padre del fotoperiodismo moderno. En su cumpleaños número 14 recibió una Kodak Eastman no. 3 de parte de su tío. Desde ahí la fotografía se convirtió en una pasión, y luego se convirtió en uno de los fotógrafos más famosos de la revista «Life».

Se alistó en el ejército en la edad de 17 años, y su pierna fue herido de gravedad en abril de 1918. Pocos años después, en 1922, después de tener una garantía financiera como un comerciante de hebillas y botones, compró su equipo fotográfico. A continuación, comenzó a desarrollar sus propias fotografías en el baño de la casa.

Eisenstaedt tuvo el éxito suficiente para convertirse en un fotógrafo de tiempo completo en 1929. Cuatro años más tarde fotografió una reunión entre Adolf Hitler y Benito Mussolini en Italia. Él comenzó a trabajar como freelance para Pacific and Atlantic Photos (que se convirtió Associated Press). En ese período utilizó una Leica 35 mm.

Sus temas eran políticos, artistas famosos y eventos sociales, como la temporada de invierno St. Moritz. Fue invitado a Italia en 1933 con el fin de inmortalizar la primera reunión entre Hitler y Mussolini. Dos años después de que Hitler llegara al poder, Eisenstaedt se mudó a Estados Unidos. Junto con Margaret Bourke-White, Thomas McAvoy y Peter Stackpole, participó en el «Proyecto X» en Nueva York, esta fue organizada por el de la revista Time, Henry Luce: sobre la futura publicación de la revista LIFE (23 noviembre 1936). La primera edición de la revista «Life» dedicó 5 páginas a las fotografías de Eisenstaedt y en la segunda semana de la revista, su fotografía de la academia militar de West Point estuvo en la portada. Eisenstaedt documentó America durante los años de conflicto, así como su crecimiento y renacimiento después de la depresión de la década de 1930. Se convirtió en ciudadano estadounidense en 1942. Llevó a cabo una serie de misiones en varios países alrededor del mundo, sus fotografías registrando situaciones irrepetibles en los años de la posguerra.

Eisenstaedt tuvo más de ochenta de sus fotografías en la portada de la revista «Life» en los años que siguieron, y él continuó recibiendo un mayor reconocimiento por su trabajo. La ciudad de Nueva York le dedicó un día en su honor «Alfred Eisenstaedt Day», y recibió la Medalla Presidencial de las Artes y el Premio Master de Fotografía en 1988.

Él continuó trabajando para la revista «Life», instalándose en su despacho, a sólo cinco cuadras de su casa. Alfred Eisenstaedt falleció en Nueva York el 24 de agosto de 1995.

El Beso En Times Square

Al final de la guerra tomó la fotografía que estaba destinada a convertirse en una de las más famosas en la historia del fotoperiodismo: El beso de Times Square el día de la victoria. Eisenstaedt recuerda el beso como este «Él estaba caminando y agarrando a cualquier chica que se cruzaba, no importaba si eran viejas o jóvenes, delgadas o gordas. Sin embargo yo no estaba satisfecho con ninguna de esas imágenes. Entonces de repente vi algo blanco que se afianzó, me volví y presioné el botón, el obturador en el momento exacto en que el marinero dio un beso a la enfermera

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