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Así opinan

Colócate en mis zapaticos

Escrito por Mónica Liliam Freyle Nieves

A continuación, les sugiero algunas recomendaciones a tener en cuenta ante esta situación que vivimos en la actualidad. Donde compartimos aulas virtuales con teletrabajado, oficios domésticos, tiempo completo en casa… en fin una serie de situaciones novedosas para las cuales no estábamos realmente preparados. 

Ahora, son más notables para los padres de familia algunos rasgos que exhiben los niños: atención dispersa, exceso de actividad, dificultad para concentrarse en determinadas actividades entre otras; por esto es importante asumir que los niños que exhiben estas particularidades: 

  • No manejan bien la incertidumbre. Esperar turnos para ellos resulta en muchas ocasiones angustiante, así como esperar la gratificación; por esto es importante, especialmente con los niños más pequeños, colocar en un lugar visible de la casa las actividades que va hacer en cada momento del día. 
  •  Emplee la atención positiva y hágalo en grande. ¿Esto qué significa? Deles más relevancia a los buenos comportamientos que a los inadecuados. La situación no amerita estarlos castigando. Eso no significa no llamarles la atención. Así que cuando el niño esté dando lo mejor de sí motívelo con un: ¡Excelente trabajo hijo!, bríndele un abrazo. “los niños con dificultades de atención y control de impulsos necesitan recibir elogios grandes, alentadores e inmediatos” 
  • Use la atención como estrategia de motivación y recompensa. Ahora que estamos todos en casa, los niños buscarán mucho más la atención de sus padres; lo que en ocasiones dificulta que trabajen de forma autónoma en sus labores escolares. En este caso podemos apoyarnos en el dibujo de dos semáforos y decir: cuando el semáforo de mamá está en rojo, no está disponible. Ella está trabajando. Pero cuando esté en verde podemos hacer una actividad juntos, la que tú desees. Otra opción es que si ambos padres están en casa se turnen el uso del semáforo. 
  • Recuerde que ellos están en una situación impuesta la cual no racionalizan como lo hacemos nosotros. ¡A colocarse en sus zapaticos y ser flexibles!: la escuela no es la casa, ustedes no son maestros y si lo son no son los profes de sus hijos. Estamos confinados. Bríndele un tiempo en el horario que juntos organizaron para hacer simplemente lo que él desea y sobre todo abran un espacio para hablar de los sentimientos que genera toda esta situación. Tanto los suyos, como los de ellos, que, además pueden plasmar en dibujos. 
  • Es un buen momento para reforzar rutinas, autorregulación, espera de la gratificación, pero sobre todo crear vínculos afectivos seguros. 

¡Animo! Y recuerden que aquí estamos para brindarles el apoyo que necesiten.

¿Y tú, qué opinas? Comenta

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