Cuando las manos son de Mauricio Zequeda

Escrito Por Cristina Díaz @crisdiaz48

Mauricio Zequeda es el invitado de hoy, es unos de los referentes más grandes de las artes plásticas del Caribe colombiano. Su obra ha llegado a las salas de exposiciones y galerías más importantes de Colombia e incluso a algunas de Europa. Sin embargo, como él mismo lo afirma esto apenas comienza, el pinta, dibuja, e imagina cada día, sus pinceles son su medio de comunicación, son sus nubes y su realidad.

Mauricio Zequeda, como es más conocido vive en Bogotá, su obra tiene marcadas raíces cesarenses, es un hombre decidido y dinámico. En Valledupar, es bastante recordado por esos años en los cuales se desempeñó como docente de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Popular del Cesar, por la dimensión de su obra y por la influencia que ésta ha tenido en las nuevas generaciones de artistas plásticos locales. Tiene una memoria especial para los recuerdos, nos cuenta la técnica, y la vitalidad con la cual cada uno de sus alumnos pintaba.

Todo el tiempo su destino es el arte. Su constante actividad ha sido eso que quizá le ha otorgado un lugar privilegiado entre sus colegas y los adictos a sus trazos. Mientras hablamos el continúa pintando. Hablamos un poco sobre cómo empezó todo esto, quien le enseñó tanta maravilla, y se ríe, porque, aunque hizo cuatro semestres de diseño gráfico en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, siempre quiso estudiar artes plásticas. En contra del viento y la marea él logró cumplir su sueño.

En el primer semestre de artes plásticas en la Universidad Nacional hizo una instalación, aunque no sabía el manejo de la proporción. Él afirma que, gracias a su terquedad, continuó trabajando la imagen en tela, papel, sobre soportes bidimensionales y eso lo ayudó a encarrilarse en el manejo de los espacios a intervenir.

Ustedes se preguntarán cual es el real significado de su obra, y él en varias ocasiones ha dicho que es un arte espacial. No puede existir imagen sin espacio, la imagen construye el espacio y viceversa. Es el límite entre la abstracción y el realismo.  Quiero decir que Zequeda jamás haría obras clásicas porque le parecen mandadas a recoger.

Para los críticos su imagen es un dibujo entre los dos límites y llega a encajar en fantasmal. Yo recuerdo un poco las imágenes de Francis Bacon, me producen un impacto que no las puedo olvidar. En Palabras de Mauricio Zequeda sus obras tienen “un espacio interno y se integran con el personaje que está contando la historia. Aunque sea tela y tenga color, me interesa que en ella se siga sintiendo la magia del dibujo”.  Tiene sentido como el mismo nos relata porque jamás los personajes están de frente. Todos están observando la obra.

Para concluir con nuestro café de la SERPIENTE NARANJA, le preguntamos si su obra es apasionada, como tantas personas disenso. Y a pesar de que se ríe, sus gestos nos dan la respuesta, él es intenso y apasionado. Él pretende que las personas sientan los recuerdos de infancia, de juegos, de viajes. Aquellos recuerdos internos. Añoranzas de cuando las personas se desplazaban y vivían de una manera más espontanea, como el eterno explorador.