A la luz de mi lámpara de noche me acuerdo de esa tarde fresca cuando visité a una tía que quiero mucho, nos recibió con todo el cariño posible, como siempre, caminamos por un largo corredor y a un costado estaba su jardín; tan bello como siempre debido a que lo riega por la mañana. Luego nos sentamos debajo de un árbol que en sus pies tenía una mesa y 4 sillas, mi mamá comenzó a meterle conversación a mi tía y yo como siempre distraído observaba el cielo nublado junto con las ramas del árbol, tan lleno de vida con el cantar de los pájaros.
De un momento a otro le presté atención a la charla, estaban hablando de las flores y de colgaderas (lo normal de una conversación de adultos), una vez más me distraje observando el techo colonial, imaginaba a los esclavos guiados por los españoles, llenos de sufrimiento y maltrato, de repente escuché una risa tan hermosa como la voz de un ángel, era mi tía nunca la había escuchado sonreír así, estaban hablando de música pero más específicamente de boleros antiguos que escuchaban en los inmensos discos y rocolas de madera.
Casualmente mi tía había encontrado en internet uno de sus álbumes favoritos, mi madre insistió que cantara, ella un tanto incomoda empezó a calentar sus cuerdas vocales y al son de la canción original de fondo comenzó a decir la letra, de pronto con un poco de pena, después de varias canciones agarró confianza y entonces esa voz floreció.
Era como un resplandor de luz, se transformó en una joven de 25 años llena de vida, estaba tan hermosa. Su cantar parece de los ángeles llenos de gozo y alegría, podría tener 80 años pero cuando empezó a cantar se despojó de sus pesos y solo pensó en lo linda que es la vida, en disfrutar su bolero favorito; sus expresiones eran apropiadas en cada palabra de esa canción la interpretaba con su alma se expresaba con su corazón, en realidad nunca la vi tan feliz fue como si se liberara de aquellas cargas que tenía.
Mi pensar fue tan lento que a los tres días fue que pude hacer este texto, no entendí que pasaba en ese momento pero al fin en la madrugada llegué a una conclusión; y es que el alma no envejece sólo lo hace el recipiente, “ella es un alma inmortal”.
Quiero que cuando estés leyendo esto tengas esa hermosa sonrisa que deslumbra y te olvides de todos tus problemas, sabes que nuestra familia
¡te quiere!
Para mi tía Nelly
