El Color Del Amor

Escrito por Enrique De Luque Palencia @luquepal

Los colores tienen significados al igual que las palabras, con ellos se pueden definir los estados emocionales, se utilizan entones, para expresar lo que se siente o para enviar estímulos que al ser percibidos,  generan tranquilidad, paz, agresividad, estimulan tu apetito, en fin, en  teoría todo es posible porque con ella a cada color se le relaciona con una reacción.

Era un convencido de esa relación, hasta cuando apareció el amor y lo dibujaba con corazones rojo intenso, para explicar la pasión, con una que otra nube, entre blancos y azules, para resaltar que más que tranquilo, estaba cerca al cielo, levitando sin razón. Estaba claro que solo aceptaba esos tres colores, rojo, blanco y azul, combinaciones perfectas, que aclaraban mi mente, me reconfortaban, me daban paz.

Sólo veía en esos tres colores, mirando al cielo y observando su tranquilidad me reposaba en sus nubes, con la sensación que todo mi sentimiento estaba allá arriba, que nadie lo podía alcanzar. Que ingenuo fui; mucho tiempo después lo entendí, cuando baje la mirada frente al mar, sin tanto amor, observando  en los  torbellinos de sus olas, que se forman cuando estás se estrellan contra las rocas y en esa coalición se revuelven arenas, basuras que arrastra y el crujido de las rocas al enfrentarse al mar: ¿Quién detiene a quién? intentaba reflexionar, si las rocas al mar o el mar a las rocas, para que no avanzaran más, no encontré la explicación a esa reflexión, que por mi estado emocional me ponía a pensar, es como esta discusión interna entre el amor y la razón.

¿Quién detiene a quién, entre el amor y la razón?

¿Cuál es entonces el color del amor, cuando te dejan de amar o dejas de amar?

¿Cómo lo pintas para que sin hablar, lo puedas expresar, si ya estaba debajo de las nubes y sentado frente al mar?

Fácil me pareció entonces, intentar borrar del lienzo de mi corazón, ese color rojo que me hacía llorar. Así que, en el torbellino del mar, frente a las olas bravas que querían parar las rocas que intentaban avanzar, corté las venas para que con la debilidad de su fluido y en el contacto con el agua, el  permutara la intensidad del dolor, con la difuminacion del color  rojo de la pasión.

Cuanta ingenuidad había en esa intensión, que al despertar  encontré,  esta descripción: El amor no tiene color, pero si mucho dolor, que no tiene cuerpo, pero si mucho sabor, que te estrellas contra él, como el mar en las rocas sin saber al final quien detiene a quien. Entonces,  para sentirme tranquilo, con el color del amor, escribo todo y nada, cargado de nostalgia,   no sin antes darle gracias al creador por tanta inspiración, que me permiten escribir con sentimientos, estas notas matizadas cargadas de pasión.