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El origen de algo especial

Escrito por Salin Antonio Badran Troncoso 

Todo comenzó cuando a Cristóbal le dieron permiso de navegar mares sin explorar, la reina le dio las embarcaciones, solo faltaban los tripulantes, como era un misión muy peligrosa y mal pagada nadie se enlistaba.

Le tocó requerir a la escoria española en las cárceles, a cambio de su libertad al mar tenían que zarpar, “a ese trato le falta un pedazo” decían los carceleros.

A los tres días quedaron las cárceles vacías, todos se habían ido con Colón, aquí un dato muy curioso: Al conquistador le dieron no tres sino cuatro calaveras para iniciar su expedición .El cuarto barco se hundió por un descuido del vigilador con un apreciado elemento de cocina, una cacerola de la reina, lo único que quedaba después de comprar los botes, ese caldero quedó vagando en el mar soportando lluvias, relámpagos, huracanes y sal.

Hasta que unos siglos después pasó un comerciante y se adueño del mismo, este no iba ni a Cartagena ni a Bogotá, el zarpó al mar para ir a Mompox (tierra de folclor) donde se encontraba mejor la economía y así ganar más.

Cuando llegó al puerto desembarcó y desarmó, lo primero que sacó fue lo más caro que encontró y como era de esperarse, a los tres vendió casi todo, pero le faltó el perol.

Cuando iba a embarcar pasó una señora y le pregunto ¿por qué te marchas? El forastero tan astuto no dudó en despreciar ese momento para venderle el caldero “me voy por que no he podido vender este maravilloso producto”.

¿Cuál? Yo solo veo un caldero viejo a punto de destruirse.

No señora, este artefacto de cocina es muy especial, mire le voy a mostrar. Prendió fuego y puso a calentar un aceite de pescado, cuando estaba prácticamente hirviendo corrió y compró un pedazo de yuca, él no sabía lo que estaba haciendo y la mujer le preguntó ¿sabes pelar yuca? El cogió su cuchillo y a duras penas la despellejó.

¡En cinco minutos está lista! La mujer un poco desesperada y amargada esperó, cuando sacó la raíz se la dio y de un mordisco se la comió, nunca había comido eso así que exclamó ¡me lo llevo, ¿cuánto pides por ella?, ¿diez mil pesos? eso está un poco caro pero no importa!

Cuando llegó a la casa su esposo le grito: ¡nojoda ¿por qué compraste esa porquería?!

Espérate te lo demostrare, como era hora de almuerzo fue a la cocina e hizo lo mismo que el forastero, pero había un problema, no encontraba yuca y era muy tarde para ir a comprar.

Rezó y le echó unos mafufos viches del patio esperó tres minutos y le sirvió un bagre traído del Banco Magdalena con su propio invento en la olla negra, el señor quedó tan impactado que les dijo a todos en el pueblo que su esposa tenía un súper caldero.

Todas las señoras le preguntaban qué ¿cómo hacia? Ella les explico y así quedó en todas las casas de la costa, la olla quema y para todas partes se la llevaban.

Aquí nació una costumbre de la costa que sigue y persiste porque es parte de nuestro folclor, así tengamos calderos nuevos siempre vamos a fritar en la olla especial donde queda todo rico al paladar, para no alargar más esto aquí termina este texto.

 

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