El psicoorientador en el colegio

La época de colegio es quizás las más recordada a lo largo de nuestra vida, muchas situaciones que nos marcaron tuvieron lugar en un plantel educativo, sitio donde pasamos gran parte del tiempo desde primera infancia hasta la adolescencia en el que, para avanzar en lo académico y disciplinario, hay un trabajo conjunto donde reconocemos diferentes ‘autoridades’ como padres, profesores y directores. Sin embargo, existe un profesional que podría definirse como el equilibrio en esta balanza de formación: el Psicoorientador.

De acuerdo con Liliana Ruiz Meza, Psicóloga Especialista en Desarrollo Familiar y docente del programa de Psicología de Areandina sede Valledupar, “la resolución 1084 de la Constitución Política de Colombia, crea la necesidad de un servicio de orientación escolar con la finalidad de promover la salud mental en las instituciones educativas. Desde esa perspectiva, un Orientador Escolar dinamiza procesos educativos, desde la promoción y acción de la formación integral, así como liderar programas para el desarrollo de la inteligencia emocional, habilidades sociales, proyecto de vida de los estudiantes, entre otras cosas”.

La académica Ruiz, quien recuerda la conmemoración del Psicoorientador Escolar cada 17 de marzo, enfatiza también en las competencias que ejerce el profesional, respetando siempre las diferencias individuales y permaneciendo frente a la promoción de la salud mental en toda la comunidad educativa, lo que luego se traduce en un comportamiento saludable para la sociedad. “Dentro de sus funciones está orientar y abordar situaciones o problemas de aprendizaje, conductuales y emocionales de los estudiantes, realizar las asesorías correspondientes a los docentes y padres de familia, llevar procesos de inclusión educativa y trabajar de la mano del abordaje clínico externo que se realiza para las situaciones que se requieren” puntualiza la docente Ruiz Meza.

Prevenir, promover, atender y seguir

El Psicoorientador Escolar surte la labor de acompañar a los padres en diferentes orientaciones y pautas de crianza, lo que para la docente Ruiz, se hace sin “meterse a la casa”. “A través de escuelas de padres y llevando de la mano el conocimiento de cada uno de los cambios psicológicos, emocionales y cognitivos que se presentan en la etapa de la pre adolescencia y adolescencia se ayudan a los padres a entender cada situación. Además del manejo de la autoridad, los límites y la disciplina sin dejar de lado el reconocimiento de sus hijos y sus derechos para que puedan ir reconociendo el desarrollo de su libertad con responsabilidad”.

La docente Ruiz explica que, por medio del entorno escolar, se han detectado situaciones que favorecen la atención a tiempo de los estudiantes, como también generar las ‘alertas tempranas’. “Una de las funciones es orientar a docentes ante diferentes herramientas y estrategias metodológicas que faciliten el aprendizaje del estudiante en el aula de clases y así ser partícipes de la solución de conflictos y situaciones que requieran abordaje especial o la promoción de prevención de la intimidación escolar en la institución”, finaliza la docente.

El Psicoorientador se convierte en la figura de ‘amigo’ que las personas logran recordar de la etapa de colegio. Su liderazgo, desde los programas para el desarrollo de la inteligencia emocional, habilidades sociales y proyecto de vida orientando a docentes, estudiantes y padres de familia, es vital ante situaciones que requieran abordajes de tipo conductual, emocional o de aprendizaje y que redundan en bienestar para el desarrollo de los ciclos de vida del ser humano.