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Así opinanSerpiente Naranja

Esperanzas Inesperadas

Escrito por Cristina Díaz – Ada López

“Es una falla que en las partituras de música no vengan señalados los silencios…

del público”.

Héctor Hernando Díaz

Tomado del libro “PHRASES NON CELEBRES”

Esta mes cumplimos 6 años del lanzamiento de la publicación del libro “Esperanzas Inesperadas”, de autoría de Héctor Hernando Díaz, ingeniero civil de profesión, pero amante de su otra profesión de escritor, que ha ejercido durante largo tiempo como  columnista de opinión del diario Vanguardia Liberal, así como a la vez ha sido director, editor o coautor de diferentes publicaciones y autor de textos universitarios y literarios.

Héctor, es un activo lector de toda clase de géneros como Literatura, Historia, Filosofía, música y ciencias aplicadas, temas de los que con mucho gusto conversa con la gente y alimenta el conocimiento de los demás compartiendo sus experiencias y puntos de vista en cada uno.

Para su publicación de “Esperanzas Inesperadas”, Héctor nos invitó a escribir el prólogo, el cual con mucho cariño y respeto realizamos y queremos compartir con nuestros lectores a continuación.

Esperanzas Inesperadas

Prólogo

Me lo has oído mil veces,

 aborrezco los hombres que hablan como libros,

y amo los libros que hablan como hombres.

Miguel de Unamuno

Las Esperanzas inesperadas es un libro que habla como persona, el escritor es genial y autentico, el libro es un homenaje a la tinta de sangre, las esperanzas que relata llegan a mis manos como un secreto, las leo y reconozco muchas oscuridades en sus colores, muchos misterios de recuerdos, de épocas, historias de vida de la mano de sueños que tejen ilusiones.

Como soy consciente de que el prólogo es la única parte del libro que no se debe leer, voy a parafrasear a un amigo común Cortázar (las frase las colocare en negrilla), quien dentro de los escritos inéditos (publicados bajo el nombre Escritos inesperados) como jugando Rayuela.  El autor Héctor Hernando un escritor por naturaleza, ha tenido oportunidad de mostrarnos sus facetas como escritor, ingeniero y periodista. Hoy nos trae sus secretos como poeta porque  -Hasta la ingenuidad puede tener su recompensa- . Todos conocen que soy poco amiga de prólogos, contraproducentes en los libros malos y casi del todo inútiles en los buenos, pero hay casos, y este es uno, en que los hallo excusables. Es que todo autor, al dar a la estampa su primer libro, se procure una Minerva. Hubiera yo aconsejado al autor que se valiese de un escritor de nota para hacer su entrada en el palenque literario, a no temer que tomara mi consejo por negativa; negativa imposible, cuando tanto me honra y tanto admiro su modestia, prefiriendo mi humilde compañía. – Hasta los fracasos ayudan a ser dichoso-

Mas ya que no puedo valorar este bello libro, dichoso, al menos, si logro apartar de él los dardos envenenados de la censura. Para conseguirlo, en vez de adular al autor o de robar a los lectores el placer de descubrir las bellezas de la obra, mostrándoselas de antemano, apuntaré a la ligera, algo, muy poco, de lo que pienso sobre crítica y poesía, y en mis palabras irá implícito el juicio que he formado de los bellísimos versos.

El sentimiento y la naturaleza son las verdaderas fuentes de la poesía. No es poeta quien no conmueve y no pinta al narrar. – Detrás de  este triste espectáculo de palabras tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas, de que no haya muerto del todo en tu memoria…Ni la helada filosofía, aunque se la envuelva en conceptos, tan huecos como sonoros, ni las evoluciones de la política, semillero de bajas pasiones, ni los entusiasmos y decaimientos ficticios de espíritus sin calor, han sido, ni son, ni serán jamás puros manantiales de poesía.

El trabajo del poeta, dice un sabio, es de entrañas, no de cabeza, y asegura Lamartine que el verdadero poeta escribe con lágrimas y que su obra maestra es hacerlas derramar. – La vida es una cebolla y hay que pelarla llorando. La dureza de corazón da sequedad al estilo y hace del poema mejor narrado un cuerpo sin alma que hiela, en vez de encender la sangre de los lectores.

Éste hombre de capacidad perceptiva y una profunda sensibilidad, hace varios años escondía y ocultada su decisión tímidamente a dar el paso de convertir en versos esa sensibilidad perceptiva y he tenido la fortuna de conocerlo siempre, somos amigos y es una amistad derivada del accidente de ser de la misma familia, y he seguido su evolución durante ese tiempo comprobando como, de modo autodidacta, ha ido depurando su estilo.

Una cosa es amar la poesía y otra muy distinta es abordar la difícil tarea de transformar sentimientos en palabras, y el autor lo hace con una madurez y serenidad ejemplares, es una de esas personas que saben apreciar el valor de las pequeñas cosas, por eso, en sus poemas, aparecen espejos, la luna, los consejos, el amor, las preguntas esenciales, las mujeres, los hijos y la cotidianidad. – Nadie se conoce a sí propio sin haber bebido la ciencia ajena en inacabables horas de lectura y de estudio y nadie conoce el alma de los semejantes sin asistir primero al deslumbramiento de descubrirse a sí mismo.

Su proceso creador consiste en ver colores de un cuadro, escuchar las notas de una melodía, oler la fragancia de un jardín, saborear una fruta, notar el frío, inmediatamente surge de su interior una fuerza que la impulsa a escribir sus sentimientos tal como los vive. – Un buen recuerdo vale más que la realidad….  Y, una vez plasmados en el papel, volver a leer para reelaborar la composición en caso necesario. – Después de los cuarenta años, la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente hacia atrás… Héctor Hernando  confiesa tener muchos sueños y el primero de ellos es disponer en su vida de oportunidades para poder cumplirlos. Escribir poemas era uno de ellos y ya lo hace. Publicarlos era otro y lo consigue con este poemario que comienza con demasiados momentos de soledad. El libro de nuestra vida no siempre puede leerse entero y encuadernado…

Sin embargo, a lo largo de sus páginas, el autor nos descubre que esos sentimientos son el punto de partida de una cierta inquietud, de una reflexión y de la aparición de unos valores humanos renovadores que iluminan y hacen florecer la esperanza, convirtiéndola en un alegre refugio donde recuperamos la expresividad inocente y pura de la niñez, que es a la vez sujeto humano receptor y donante de esperanza, pues es capaz de transmitirla despertándola en los demás. – Nos soportamos a nosotros mismos porque sólo nos vemos desde adentro…

Lanzamiento del Libro “Esperanzas Inesperadas” – Casa Libro Total – Bucaramanga

“Nadie sabe con la sed que el otro bebe” ni le importa

Héctor Hernando Díaz

Tomado del libro “PHRASES NON CELEBRES”

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