Cuéntanos de
Estrella de Belén
Escrito por Enrique Antonio De Luque Palencia
Blanca y pura
De la esperanza a la paz
Del verde a lo blanco
Del sueño al despertar
Del nacer al morir.
Del recuerdo al olvido,
Un día estuvo en el florero y hoy ya no está conmigo.
Sus cambios y mutaciones son como cuando intentas negártele al amor, éste es un sentimiento indomable e inmanejable, que no requiere de cuidados para incubarse y florecer.
Para sostener y mantener el amor
éste exige, reclama, implora cuidados diarios, justificando las respuestas del sentimiento que se dona con ilusión.
La flor del florero, por mucho que la cuides su ciclo es efímero, así como llega se va.
Con o sin agua, te entrega ratos cortos de felicidad.
Es una planta que de amores poco o nada conocerá; aunque con su aroma muchos besos ayudasen a robar.
Se parece a la mujer que, entre mis brazos, te quiero desgarradores, gritaba sin parar.
Al final del momento fugaz,
Sudorosos entre aromas de rosas mas nada se puede regalar, menos tú, solías decirme, que por no haber tenido amores no sabes lo que es amar.
Entregas besos con miedo a la partida, sin saber si después de estos te puedas despertar.
Aprende de la flor,
Transfórmate como ella, germina despacio, sin cuidos, mimos, ni riegos, por que en su ciclo ella todo lo concede, sin detenerse a esperar qué le van a retornar.