Kerry James Marshall

Escrito Por Jazz Jazz Morrell

“Soy totalmente libre. No estoy restringido por nada ni por nadie, no tengo falta de conocimiento, falta de capacidad para hacer cualquiera de las cosas que quiero hacer “. Kerry James Marshall

Cada día escribir SERPIENTE NARANJA es una oportunidad y un reto, les traigo los grupos que cambiaron la estética del Siglo XXI, unos referentes obligados para nuestra percepción de la estética. Hoy con Kerry James Marshall. Marshall mantiene una constante afirmación de lo que significa ser Negro y el énfasis en el concepto “negritud” (blackness), noción fundamental desde el que se desarrolla todo su trabajo. Reivindicando lo que él denomina “lo negro”.

Desde la retrospectiva estelar de Kerry James Marshall en MCA Chicago, el Met Breuer y el MOCA Los Ángeles en 2016–17, una gira épica a través de unos 35 años de su obra, que ubica a los estadounidenses negros en la escala de la pintura de la historia, evocando escenas trascendentes en el barbero tiendas y proyectos de vivienda que vibran con poesía, matices y magia: el artista ha continuado su ascensión para convertirse en uno de los artistas más admirados e influyentes que viven hoy.

La trayectoria artística de Kerry James Marshall (Birmingham, Alabama, 1955; reside en Chicago) se articula la vida, la cultura y la historia afroamericana abordadas desde múltiples ópticas, aportando así nuevas visiones a cuestiones relacionadas con la política racial, la representación cultural y la emancipación social.

La idea polisémica cargada de implicaciones visuales, culturales y estéticas, se compromete a compensar la ausencia de cultura negra en los espacios museísticos, algo que considera está representado de forma marginal tanto en lo referente a la temática como en lo referente a los autores.

Las preguntas básicas a las que cuestiona su trabajo son sobre la legitimación, el poder y la marginalización dentro de la historia del arte.

Para llevar a cabo esta compensación en favor del imaginario negro, Marshall abarca una gran variedad de medios visuales, muy especialmente la pintura. Todos estos medios son utilizados de forma experimental y autorreflexiva, como herramientas con las que llevar a cabo su propósito desde el compromiso ético con la lucha racial, puesto que tal y como afirma el autor: “Uno no puede nacer en Birmingham, Alabama, en 1955, y criarse en el Sur de Los Ángeles, cerca de la sede del Partido de las Panteras Negras, y no asumir cierto tipo de responsabilidad social”.

Este año, Marshall se convirtió en el artista afroamericano vivo más caro en una subasta; a principios de 2018, su pintura Past Times (1997) se vendió en Sotheby’s por $ 21.1 millones, rompiendo su récord anterior de $ 5 millones.

El último trabajo de Marshall muestra que está en su mejor momento y no tiene miedo de moverse en nuevas direcciones; Debutó nuevas pinturas en la galería de David Zwirner en Londres, para un espectáculo animado que se inauguró durante la semana de Frieze. Las obras invocaban toda la historia del arte, aludiendo a los profundos prejuicios estructurales contra los artistas negros y la naturaleza del mercado del arte, al mismo tiempo que experimentaban con abstracción pura y pinturas de escenas silenciosas de otro mundo de personas cotidianas haciendo cosas cotidianas, como una mujer caminando perro.

Elogios adicionales este año llegaron con presentaciones en la Trienal FRONT de Cleveland y el Carnegie International. Marshall también montó su primera escultura pública: un par de cilindros de ladrillo apilados instalados en Des Moines, Iowa, que rinden homenaje a los 12 abogados afroamericanos que fundaron la Asociación Nacional de Abogados en Des Moines en 1925 después de que se les negó la membresía en el país. Colegio de Abogados. Aunque ya consolidó su lugar en el canon de arte contemporáneo, Marshall continúa experimentando, tomando riesgos y empujando su pintura hacia adelante. “La estructura de mi práctica como artista me hace sentir que soy completamente libre”, dijo durante la inauguración de su exposición de Londres con David Zwirner.