La motivación, el amor y la ética

Escrito por Enrique De Luque Palencia @luquepal

Los seres humanos estamos en la búsqueda constante de satisfacer las necesidades, lo cual nos obliga a tomar decisiones; para lograrlo, éstas se fundamentan en la parte cognitiva del individuo, la cual se nutre de las experiencias, creencias y relatos, es así, como de manera individual, elige el bien o servicio que contribuya con su satisfacción, de ahí se desprende la tranquilidad y el placer.

Definir de manera holística las necesidades y los hitos a los que hay llegar para satisfacerlas, permite diseñar una ruta bien planificada de lo que quiero ser, como lo voy hacer, con quien lo voy hacer y para que lo voy hacer, lo cual me conduce a la elaboración de una misión de vida, por ende una visión, para que aflore el objetivo general, continua el proceso con las estrategias y planes de acción para lograr las metas, toda una estructura organizacional que da lugar a la dirección y al control, para ello, se comienzan todas las actividades para lograr el éxito, es entonces donde nace el impulso interior para realizar “bien” todas las tareas de una manera diáfana y vehemente, definido éste, como la motivación.

Motivados, se inicia el trasegar de manera racional, direccionando todas las actuaciones en búsqueda de la eficiencia, sin olvidar, que las emociones en este libreto asumen una distinción dentro de nuestro ser, las ganas irrefutables de “hacer las cosas bien”, para esperar los mejores resultados; la pasión resalta el interés, el deseo, comprueba el compromiso que se tiene para construir lo visionado; la paciencia primordial en la estructura, como una virtud de conectividad para continuar navegando con perseverancia, todo un proceso interno, conflictivo por demás, sostenido e impulsado por el amor propio, no se puede desear sin antes tener una necesidad.

Relacionamos la motivación con el amor, en done el primero como el impulso para lograr mediante un cúmulos de actividades lo planificado, el segundo como la fuerza interior que me ilustra para hacer las “cosas bien”, de manera eficiente y con pasión; podríamos concluir: que son correlacionales, que son procesos exclusivos del sujeto; en el entorno están, las oportunidades y amenazas, las cuales se enfrentan con la elaboración de un plan, reconociendo las actitudes y aptitudes de las personas, nutridas las dos por el amor y la motivación, cada toma de decisión debería llevar ese sello avalado por la ética.

La ética, es ella el aval de la motivación y el amor, porque la definimos como la única ciencia que puntualiza la actuación del ser bajo los parámetros, del bien o el mal, con valores universales claramente establecidos, sin fronteras, ni limites, precisando al hombre como: un ente libre y responsable que busca siempre la tranquilidad de su conciencia para lograr la felicidad.

Si todos actuáramos bajo el precepto de la motivación el amor y la ética, en el entendido de la búsqueda constante de satisfacer las necesidades partiendo de “hacer las cosas bien” las interrelaciones en nuestra sociedad serian distintas.