Así opinan
La mujer desde la perspectiva de un machista
Escrito por Enrique Luque
Agradecido con Dios por permitirme compartir este espacio en donde se pretende hacer un reconocimiento a ese ser valiente, incansable y singular.
Qué fácil es describir el amor, aún más fácil expresarlo con poemas, canciones, incluso, a través de la pintura; con colores es posible plasmar un paisaje, o dibujar la belleza inmaculada de la mujer, intentar describirla genéricamente y unificarla en unas cuantas características. Resaltar sus atributos, es complejo. Tan inmenso que es el lenguaje castellano y tan corto en sus expresiones, para resaltar a la mujer, son escasas las palabras cuando de reconocerlas y reconocerle todo su linaje se trata. He escrito varios poemas, compuesto una que otra pieza musical, en donde se conjugan amor, pasiones, paisajes y tradiciones; le he cantado a la mujer, la he pintado en mis sueños y ahora, no encuentro la manera correcta y exacta desde mi humilde perspectiva para honrar su esencia y sus dones.
La voy a describir como las rocas frente al mar, éstas, se plantan ahí para defender las costas y sus territorios, soportan el embate iracundo de las olas, las mareas altas que intentan ahogarlas, como también, el romanticismo de la luna llena en noches de olas mansas que llegan a acariciarlas. Ellas, las rocas, aguantan todo, dejan que las olas lleguen y se vayan, solo esperan, defienden su territorio; no permiten que las aguas traspasen sus fronteras, que las golpean a ellas, pero a su tierra no.
Mujeres, gracias por ser esa roca que se enfrenta a todo por sus seres queridos, gracias, porque muy a pesar de que somos esas olas que intentamos dañar sus estructuras, ustedes siguen firmes, dispuestas a dar amor, a entregarlo todo y con una simple sonrisa o un te quiero, se sienten satisfechas.
Hoy en nombre de los hombres vengo a pedirles. Perdón, porque el hombre es el único animal que le hace daño a su pareja, y sin embargo ustedes siguen ahí como las rocas, esperando que llegue la ola enamorada de la vida y arrastre la ola bravía y dañina.
Gracias, que el dueño de la vida las mantenga siempre como las rocas del mar.
Gracias por tan bellas palabras