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Un día en la vida de

La pintura trazó el rumbo de su vida artística

A través de la pintura descubrió que el universo está lleno de colores, formas, trazos e imaginación. Se trata de Giesella Gineth Jácome Rivera, una joven artista que gracias a su talento y creatividad hoy todos sus sentimientos quedan plasmados sobre un lienzo.

Esta talentosa artista empezó a estudiar pintura a los 14 años en las instalaciones del Colegio Rodolfo Campo Soto, y a pesar de no contar con algún tipo de conocimiento sobre el arte, pudo encontrar esa gama de colores a través del programa Icarus, liderado por el Centro de Bibliotecas y Cultura de la Caja de Compensación Familiar del Cesar.

En aquella época contó con la fortuna de tener el apoyo de su instructor Yoel Campo Mendoza, quien desde la amplia experiencia le brindó la posibilidad de aproximarse al arte, ampliar y desarrollar sus habilidades, lo que le permitió continuar con esa motivación y acercarse a un conocimiento más profundo sobre la pintura.

“Este programa es muy significativo para mí porque tuve la oportunidad de desarrollar el talento y la técnica a la hora de pintar. Icarus me hizo realidad el sueño de ser artista, durante este proceso que duró cinco años”, precisó Jácome Rivera.

Con el tiempo, y ya finalizada su secundaria, Giesella perfeccionó su estilo y técnica en el óleo. En ese período, su familia jugó un papel fundamental como guía y apoyo en su preparación; empezó estudios de diseño e integración de multimedia en el Sena.

Jácome Rivera ha incursionado con mayor fuerza en la pintura y dibujo y le parece interesante que los lectores de la Revista Entérese conozcan que le gusta ayudar a los demás jóvenes de escasos recursos que tienen los mismo sueños para salir adelante.

A sus 17 años se da el lujo de decir que en varias oportunidades su familia compuesta por padre, madre y cinco hermanos se ha beneficiado de la venta de sus obras de arte.

El Coordinador del Centro de Bibliotecas y Cultura de Comfacesar, Orlando Becerra, señaló que este proyecto busca potencializar las habilidades y destrezas de estos jóvenes de escasos recursos de zonas vulnerables de Valledupar.

“La gran mayoría de jóvenes tienen muchas discapacidades y limitaciones.
Estos niños fueron focalizados a través de un programa que atendíamos hace muchos años atrás en relación a la Jornada Escolar Complementaria en la modalidad de Artes Plásticas. El programa Icarus se encarga de apadrinar a un joven de población vulnerable de la ciudad, esto con objetivo que ellos aprendan todo lo relacionado con las artes plásticas”, aseguró Becerra.

Así mismo indicó que este programa se realiza con la intención de promover el buen empleo del tiempo libre y alejar a la población infantil más vulnerable y propensa a la drogadicción y los malos hábitos. Los padrinos que apoyan el desarrollo de las habilidades artísticas de los niños, niñas y jóvenes al final del año se quedan con una obra de arte hecha por el estudiante.

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