Hasta un cepillo de diente compré, de cerdas gruesas y de color rosado para que no se confundiera con el de él.
Hoy no vengo con opiniones que nadie me pidió, estoy aquí para contarles la historia de cuando me creí la novia, futura esposa y hasta madre de sus hijos. Todo empezó hace unos años cuando insistentemente me llegaban mensajes en el directo de Instagram de un chico que llamaremos Aurelio (para no herir susceptibilidades). Este personaje tenía clara cual era su meta, y cada historia o publicación tenía una respuesta inmediata fuera like o comentarios, logrando así llamar mi atención.
Después que él se dio cuenta que esa red social no era el camino para llegar a mí, utilizó otra alternativa y logró a través de una amiga conseguir mi número de teléfono y así empezó a escribirme muy seguido; aunque lo rechacé y reconozco que fui grosera muchas veces, consiguió tener un primer encuentro, que la verdad fue más de lo que esperé.
Para no alargar el cuento, entre viajes de avión, llamadas telefónicas eternas a varias horas del día, en especial en la noche, atenciones, regalos y encuentros constantes duramos varios meses en una “relación” en donde todo parecía indicar que éramos los protagonistas de una sólida, permanente y mágica historia de amor.
En medio de las mieles del amor, había señales y en realidad la única que se creyó ser la protagonista fui yo. Es increíble cómo los hombres llegan a montarlo a uno en el patín de hacerlo creer a uno y a muchas más, que son exclusivas.
Aunque no creo que sea a mí la única que me ha pasado quiero decirles a los hombres, que todo cae por su propio peso, que todo se sabe. Chicas crean en su sexto sentido que les avisa que algo está mal. Siempre tuve mis sospechas que Aurelio escondía algo, pero me aferré a querer disfrutar y pasar un tiempo con alguien agradable y hasta cariñoso.
Hoy me asombra la capacidad de él y de los hombres en general de mentir con facilidad; también la complicidad que puede existir entre ellos en cuanto a relaciones se trata, yo estuve en lugares públicos, eventos, reuniones sociales, compartí con mucha gente cercana a Aurelio que me mostraban otra cara de lo que en realidad pasaba.
Aunque las cosas pintaban serias y nos veíamos con regularidad, nunca fui la pareja para mostrar o acompañar a lugares públicos más allá de sus amigos cercanos y ahí fue la segunda alerta que no quise aceptar en su momento.
Cuando la relación estaba llamemos “normal”, Aurelio desapareció sin decir nada, porque claro no tuvo los pantalones ni para decir no puedo sostener más la mentira y seguir mi verdadera vida. Aparecía con excusas que se caían por su propio peso, (miedo a que le hagan daño, temor a repetir errores amorosos del pasado y pánico al fracaso de pareja) y con eso, la que hasta ese momento se sentía protagonista de novela sabía que en esa historia tenía un papel secundario, casi que de extra.
Con el guion y argumento para hacer una serie de varios capítulos y muchas temporadas, hoy puedo evidenciar y decirles: mujeres nunca podemos dejar que los hombres nos traten como un plan, una opción, busquemos ese complemento donde seamos prioridad y donde estemos por encima, el amor por uno mismo nos lleva por el camino a entender que primero es Dios, segundo yo, tercero yo.
A Aurelio, hoy le digo gracias por todo, gracias por nada, la pasé bien, aprendí a quererme más y a saber qué no quiero tener cerca; pero en la vida uno debe tener los cojones para decirle a las personas qué quiere y averiguar hasta donde uno puede llegar. Los hombres como tú siempre reciben lo que merecen y tú no merecías a alguien como yo.
Mujeres, nunca se alejen de sus sueños y no abandonen sus aspiraciones por un prospecto de hombre o por lo que uno cree el ideal de pareja, todo llega y ese compañero de vida ideal es aquel que sin mucha actuación construye cada capítulo a tu lado, camina contigo y disfruta tus tiempos y tus achaques.
Yo seguiré en la búsqueda y descubriendo los distintos tipos de amor y no dejaré de creer además del amor propio en el amor puro.
Coméntame si te ha pasado historias como estas, déjame un mensaje en mi DM @ElbaBonet si has tenido un Aurelio en tu vida o de qué tema quieres que tratemos en mi próxima columna.
A mi no me ha pasado pero si a conocidas mias y la enseñanza que me dejó es que uno no debe meterse en esas relaciones porque al final sale sacrificado. La enteré a ella de las otras relaciones que ese hombre tenía de forma paralera y palabras mas, palabras menos me dijo sapa…
Muy buena historia tan real y se que muchas se identifican con ella muy buena reflexión felicidades Elba Mercedes Bonet
¡Esta lectura me mantuvo la atención al 100 hasta el final! ¡Gracias, Elba Mercedes!
Me paso parecido dure años, pensando que él iba a cambiar…. Nunca cambio y yo misma decidí por mi paz mental y amor propio, dejar eso que estaba perdiendo el amor de vida por estar ahí, aún no ha llegado, así cómo usted lo espero ♥️🙏🌙