Reduce el protagonismo, pero no lo abandones

Autora: Ing. Julie Torrado

En diferentes recorridos académicos es común haber observado a un docente desarrollando la clase o la sesión formativa magistralmente, orientando la temática con el apoyo de los pocos recursos encontrados en las aulas, el uso de ejemplos supuestos o situaciones comentadas que surgen para explicar y llevar al estudiante hacia un momento formativo entretenido.

También es habitual que, algunos docentes no documenten las experiencias e ideas interesantes que surgen durante el desarrollo de la clase magistral donde él solo es el protagonista, por eso, los estudiantes recuerdan la emoción despertada y la majestuosidad de un docente conocedor de la temática tratada.

Los estudiantes entran en un estado de admiración por el docente porque enseña muy bien, pero, ¿qué tanto aprenden los estudiantes y que habilidades de pensamiento les ayudan a desarrollar?

En algunas asignaturas que son teóricas es común orientar las sesiones formativas utilizando solo la clase magistral, limitando el uso de otras técnicas didácticas para potenciar habilidades de pensamiento en los estudiantes.

Aún hay universidades, particularmente en cursos de ingeniería, en los primeros semestres, que en el desarrollo de sesiones de enseñanza-aprendizaje llevan a cabo actividades para la conceptualización, modelación y solución de problemas netamente teóricos, pero, no se desarrolla la actividad de transferencia del conocimiento, pudiendo esta trabajarse a través de una práctica dirigida sobre un modelo didáctico artesanal de bajo costo, sin la exigencia de un laboratorio.
En un curso de cuarto semestre de ingeniería se implementó la práctica dirigida, donde se evidenció: inicialmente, la dificultad para aplicar los conocimientos previos impartidos en los semestres anteriores al curso, como medir distancias, ángulos, relacionar estas mediciones con vectores, establecer sistema de coordenadas, dibujar, entre otros; ratificando así la necesidad de realizar la transferencia del conocimiento durante todo el proceso formativo de los estudiantes.

Luego se evidenció que, durante la ejecución de la práctica dirigida por medio de una guía de trabajo, los estudiantes mejoraron la concentración, la motivación para aprender y fortalecieron la habilidad de trabajar en equipo. Además, se logró disminuir el protagonismo del docente que, sin duda, enseña muy bien, pero se duda si realmente los estudiantes aprenden. Así mismo, se generaron espacios para apoyar, escuchar y observar el desempeño de los estudiantes.

Una de las causas de la baja apropiación del conocimiento se encontró en la necesidad de potenciar las competencias pedagógicas en el docente, como en la didáctica empleada, en el uso de TIC y la elaboración de talleres de aprendizaje que promuevan la transferencia del conocimiento y la autonomía del estudiante.

Además, es muy importante que el docente documente las actividades de enseñanza-aprendizaje porque estos productos lo llevarán a obtener la planeación, guías, talleres de aprendizaje e instrumentos de evaluación que permitirán al estudiante mejorar el saber-saber, saber-ser y saber-hacer, con las habilidades de resolver problemas, procesar información y tomar decisiones.

En síntesis, por bien planeada, documentada y clara que este una actividad de aprendizaje, el docente debe permanecer en el ambiente brindado explicaciones, apoyando y observando actitudes de los estudiantes y es aquí donde es muy valiosa la clase magistral, pero desde las inquietudes que surgen en el estudiante.