Escrito por Eliecer Jiménez @drjimenez1a
En Dibulla la madrugada sonreía Hernando Marín, Sergio Moya y Máximo Movil pretendían los besos de Emira Barros. Ella emulando a la diosa Peithos disfrutaba de Los halagos, aunque Milciades Brito era quien destendia su cama, aún asi Las guitarras no callaron.