Manos

Escrito por Yustin Daniela Varela Contreras

Manos suaves, como terciopelo, así
fueron esas manos que me tomaron
cuando a este mundo me
mandaron.
Manos que dulcemente abrían
mi boca, para alimentar mi espíritu
debilitado en este cuerpo
humano.
Manos que me limpiaron
cuando envuelto en el engaño de
ellas me alejaron, ¡Benditas manos!
Que no me abandonaron,
cuando me arrastraba en el crudo
fango como mugroso gusano.
El creador del ser humano
no pudo haber creado
mejores manos que las
tuyas, maravilloso ser humano.
Mujer amada por los moradores de
este mundo fugaz, que solamente
sabe engañar para alejarte de ella
y en una ingrata criatura te ha de transformar.
¡Cómo pueden atacarte! Como vaca en matadero,
después que se han llenado el buche
de tus mejores frutos, te premian
con un topetazo aquellos ingratos.
¡Pérfidos ellos son!
Dios debe castigarlos,
prohibiéndoles seguir contemplando
la belleza indescriptible e interminable,
que eres tú mujer incalculable.