Escrito por @drjimenez1a
Ricardo Gutierrez tirado en una hamaca contaba a Hernando Marin uno mas de sus embustes , en una finca cercana a Valledupar los trabajadores se perdían mas o menos uno por año, la gente comenzaba a murmurar, el propietario había pactado con el Diablo en un pequeño cerro frente a la casona principal vestido de negro,un altar improvisado dos cabezas de chivo recién degollados, treintaitres escapularios, varios huesos de morrocoyo, en el bolsillo trasero del pantalón una medalla de San Benito por si las vainas se complicaban.
Jueves santo de aquel año bisiesto las doce de dos minutos, Jorge Dangond prometio al angel caído de la gracia de Dios entregarle un alma buena cada año si las cosechas mejoraban y regresaban los buenos tiempos cuando el algodón se cosechaba sin limites, durante seis calendarios Bristol desaparecieron trabajadores, en el séptimo se incumplio lo pactado, Lucifer se materializo en plena hacienda Convencion reclamando lo suyo, ahora quería el alma de un rico de la región, Don Jorge le ofrecio la de su primo Rodrigo Lacouture, Satanas rechazo la ofrenda molesto hizo se formara una enorme ventisca e incendio los hermosos potreros.
Victor Bornachera echado en la hamaca atento escuchaba las vainas que inventaba Ricardo cobijado por su gran imaginación, las seis cuerdas de una guitarra inmortalizaron la historia.