Una mirada al interior de la cultura colombiana

“Después de pasar un año en Colombia, regresé a Barcelona con una maleta llena de vivencias, historias y aprendizajes. El país me había llenado de energía, inspiración y de magia. Ponerme a escribir sobre esta nación fue algo casi natural”, señaló el periodista español Albert Bonjoch Gené, quien escribió un libro con 32 relatos poéticos.

Bonjoch Gené escribió El Colombiario como un acto de homenaje a la tierra y a las personas que con cariño y respeto acogieron al periodista que en busca de historias recorrió la Amazonía, el Caribe, la región Andina, El Pacífico, los Llanos Orientales y el Eje Cafetero.

La magia descrita en los 32 capítulos del libro deja entrever la exuberancia de la naturaleza en Colombia. “Este territorio es muy impactante para un europeo. Poder viajar en pocas horas de un nevado a la selva amazónica o a una playa paradisíaca es único e increíble. El paisaje colombiano es extraordinariamente poético y su riqueza cultural es asombrosa”, indicó el periodista.

En su recorrido por las diferentes regiones de Colombia, Albert quedó impresionado con la música autóctona. En diálogo con Expresión Naranja el gestor cultural indicó que en las canciones del folclor colombiano se encuentra una gran cantidad de historias que forman parte del imaginario colectivo del país. “Escribía escuchando canciones de Totó la Momposina o de Petronio Álvarez. Los poemas de El Colombiario nacieron de vivencias, de hechos históricos, de leyendas, de historias, pero todas ellas comparten algo esencial: el ritmo. Porque Colombia sin música no se entiende”, acotó.

Albert se atreve a decir que cualquier rincón de este país tiene algo valioso para aportarle al visitante. La gran virtud de Colombia es su cultura: la gastronomía, la música, la arquitectura y las tradiciones culturales. Esta diversidad es consecuencia de la herencia de los pueblos indígenas, africanos y europeos.

“Hay infinidad de historias por contar, paisajes por narrar, sensaciones por transmitir. Las emociones que sentí entonces seguramente no serán las mismas si vuelvo. Cada viaje es único, cada instante también. Colombia es un ser vivo que evoluciona constantemente. La literatura, como otras artes, nos sirve para recordar, para entender mejor el presente, para intentar plasmar el instante fugaz. Por eso, siempre habrá algo nuevo que contar”, puntualizó Bonjoch.